Eduardo Pradilla
Paisaje y Territorio

“Y tampoco subsiste la apariencia propia de ninguna cosa, y la naturaleza, renovadora del mundo, construye unas figuras a partir de otras...Nada permanece con el mismo aspecto mucho tiempo y así ha cambiado la apariencia de los lugares muchas veces. Yo he visto volverse mar lo que en otro tiempo había sido tierra firme y antiguas conchas marinas se han encontrado en el continente a gran distancia de sus orillas... lo que antes era una meseta se ha convertido en valle por la acción de lo ríos y un lugar montañoso ha descendido al nivel de la llanura por las inundaciones...lo que un día fuera un suelo pantanoso, hoy está reseco y compuesto de áridas arenas, y los parajes que sufrieron sed están empapados y convertidos en lagunas...Todo lo que hay bajo el cielo y todo cuanto existe sobre la tierra cambió de forma.”

Ovidio.

Metamorfósis.

“Toda esa parte plana estaba antes, cubierta por una laguna. Y como la gente quería hacer sus casas y no tenía donde, entonces llamaron a un médico tradicional, a un macuco, y le dijeron: nosotros queremos que nos quite la laguna de aquí. Es que nosotros necesitamos vivir aquí. Y  los macucos llegaron y la secaron, la quitaron de ahí y se la llevaron para otra parte. Cogieron una culebra que era la madre de la laguna, y la llevaron a un cerro en que  no existía esa laguna, y sembraron un ojo de agua allí donde ahora se encuentra.”

 

Relato de indígenas Coconuco.

 “Hablar de paisaje implica admitir la condición transformadora propia de los humanos y, yendo aún un poco más allá, preguntarse si la mirada que los humanos proyectamos sobre los paisajes «naturales» no les confiere irremisiblemente una condición cultural.”

 

Ramón Folch

Ambiente, territorio, paisaje

“La cultura es el agente, el ambiente natural es el medio, el paisaje cultural es el resultado.”

Carl Ortwin Sauer. 1925.

Los términos paisaje y país comparten una raíz etimológica común, pays de la palabra francesa para campo y  del latín pagus: habitante de lugares alejados de los centros urbanos. La palabra paisaje tiene además el sufijo aje que alude a la percepción de un conjunto. En lengua anglosajona, landscape, indica una extensión de terreno que se puede ver desde un lugar con una sola mirada lo que implica la existencia de un observador que pueda percibir ese campo de visión hasta donde su mirada alcance a ver. Es decir que se trata de una percepción panorámica directa o representada de la fisonomía de un terreno circunscrito o delimitado por la visión. Para el geógrafo francés Roger Brunet, paisaje es “lo que se ve del país.” Es decir, lo que se ve del lugar donde uno nace y al cual está ligado afectivamente.

 

Otro aspecto implícito en este campo de significados es que el paisaje natural y representado, no es solo algo que se ve, sino algo que al mismo tiempo se crea, se produce y se modifica activamente como en el caso de la palabra alemana para paisaje: Landschaft (Land -tierra /Shaffen –crear-modelar). Se crea y se modela el paisaje natural directamente, por ejemplo, al cultivar la tierra y  al adaptarlo a las necesidades del hombre que lo habita. Pero también se crea y se modela el paisaje como construcción cultural al representarlo y proyectar nuestra mentalidad sobre las imágenes del país-paisaje que continuamente creamos y recreamos como visión cultural. En el idioma español la palabra paisaje no se registra hasta finales del siglo XVIII pero la palabra país la engloba. En el diccionario de la lengua española de 1737 se define la palabra país en una de sus acepciones como: “la pintura en que están pintados  campiñas, lugares, poblados y casas de campo.” La fusión país-paisaje  integra así  la idea de la  presencia humana en el contexto de una naturaleza domesticada y acogedora, lo que ya desde la antigüedad clásica, se diferenciaba de la naturaleza salvaje y no cultivada que era hostil a la presencia humana y morada de los dioses. Esta última connotación de la naturaleza como fuerza no controlable es la que mas adelante el romanticismo vinculará a la experiencia de temor y placer estético propia de lo sublime.

 

La palabra paisano sinónimo de campesino también comparte el mismo origen etimológico, lo que lo describe como el habitante de un país o paisaje rural. Para el caso del campo colombiano las imágenes que circulan en los medios, han estado asociadas no tanto al paisaje como un entorno benefactor moldeado por el ser humano que lo habita, sino mas bien a las calamidades naturales y las luchas por el territorio, en las que suceden historias de indefensión y vulnerabilidad. En el primer caso, se trata de la expresión de la naturaleza como fuerza no controlable que desborda los intentos de control humano inundando pueblos, produciendo avalanchas y cobrando vidas humanas. En el segundo caso, se trata del territorio como un producto del poder que, para el caso de Colombia se expresa  a partir de la violencia que ejercen los actores en conflicto cuando establecen relaciones territoriales que segmentan el paisaje por la fuerza de las armas.

 

El contexto geográfico en Colombia ha sido el de un paisaje natural diverso y de grandes contrastes en su topografía, que históricamente ha dificultado la comunicación entre las regiones, el control del estado y la dificultad de integrar un proyecto de nación. Las tres cordilleras que atraviesan el país han sido siempre un reto histórico para el acceso a los lugares de la geografía nacional, lo que, desde la colonia, lleva a grupos insurrectos o emancipados a adentrarse en el monte como gesto de resistencia. Paradójicamente, estas características geográficas, propicias al aislamiento y la falta de integración, también posibilitaron enclaves regionales que enriquecieron la diversidad cultural del país.